En ese proceso nos enteramos del robo, en 1983, de un conjunto de legajos secretos, los llamados legajos “paralelos”, donde bajo órdenes de Castro Madero se recopilaba información ideológica con fines discriminatorios y represivos. En una causa judicial ya prescripta conseguimos recuperar parte de esa documentación.
Durante la dictadura, en la CNEA hubo mas de 25 secuestrados, 15 de los cuales continúan desaparecidos, 107 prescindidos y 120 cesanteados. En el período 1976-1978 también renunciaron 370 personas. Muchas, la inmensa mayoría de las renuncias, fueron producto de la persecución imperante en esa época: en una institución que siempre se había caracterizado por la participación de sus profesionales y técnicos en la discusión y determinación de sus metas y métodos de trabajo, se implantó un sistema opresivo y represivo que tuvo como finalidad no permitir que ni siquiera se cuestionaran sus decisiones técnicas. Así, a la persecución por motivos ideológicos, políticos o gremiales, sumaron la dilapidación de muchos cientos de millones de dólares en proyectos que jamás llegaron a funcionar.
La CDHPCNEA participó del proceso de reincorporación de cesanteados, colocó placas que recuerdan a nuestros compañeros detenidos – desaparecidos, en sus lugares de trabajo (Sede Central, CAC, CAE y Atucha I), colocó una placa en la puerta de Presidencia de CNEA en Sede Central y realizó diversos actos donde se invitó a personalidades que se destacaron por la defensa de los Derechos Humanos. En uno de esos actos decíamos:
“La Comisión de Derechos Humanos del Personal
de la CNEA ya ha expresado su opinión, en el
sentido que esa represión institucionalizada fue
empleada como una herramienta para destruir a las
organizaciones populares, acallar toda oposición, y
llevar a cabo la ruina del aparato productivo y la
entrega al capital financiero internacional.”
Hoy, a 36 años del golpe genocida, la memoria de la sociedad está presente y activa reconstruyendo la verdad, porque los actos de la dictadura no son del pasado, entendido éste como algo que ya no condiciona nuestra realidad. En estos últimos 5 años, a lo largo y ancho de todo el país se vienen abriendo decenas de causas en Tribunales Orales Federales donde se juzga a civiles y militares. En varias de esas causas se ha dictado sentencia, encarcelando a instigadores, torturadores y cómplices de delitos de lesa humanidad.
En las investigaciones de los juzgados Federales de Rosario ( 2do. Cuerpo de Ejercito), Bahía Blanca (V Cuerpo) y en los de Buenos Aires, causas del 1er Cuerpo de Ejercito y en la megacausa de la ESMA, se van incorporando pruebas para el esclarecimiento y juzgamiento de los responsables del asesinato de los egresados del Balseiro y también de otros trabajadores y becarios de CNEA. Varias son las declaraciones que se han recibido como testimonio en estas causas por parte de víctimas vivas y familiares e invitamos a que se sigan aportando datos.
La colocación de esta placa hoy en el Instituto Balseiro apunta a mantener viva la memoria en la comunidad, recordando a Antonio, Eduardo, Susana y Manuel, sus ex alumnos detenidos – desaparecidos o asesinados durante la última dictadura militar. Contribuye también a que las nuevas generaciones de estudiantes conozcan lo sucedido, como un recordatorio permanente de lo que no debe volver a ocurrir .
Nuestra experiencia como CDHPCNEA es que a lo largo de todos estos años ha sido y es una herramienta útil el propiciar la memoria, verdad y justicia, custodiando el Estado de Derecho.
Enrique Pasqualini participó como representante de CDHPCNEA |
Bariloche, 23-3-2012
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