En el Instituto Balseiro, 3 de agosto de 2015. Crónica 2.

Formalmente este acto de conmemoración a nuestros egresados desaparecidos o asesinados por la dictadura se inició con las palabras del Director del Instituto Ing. Oscar Fernández.  Muy breves pero con mucho contenido.  Nos habló de plantar árboles en memoria de los desaparecidos; simbólicamente recordar la vida que no está con nueva vida. 

Oscar Fernández dando inicio al acto, a su lado nuestro "locutor" Dr. Ing. Aníbal Blanco.
A la derecha Fernández respondiendo a los requerimientos de la periodista de Radio Nacional.

Luego, las palabras de María Teresa Causa que colaboró con Fernández para que esta reunión se pueda llevar a cabo... En el primer día de sol después de una semana de lluvia...

60º aniversario de la fundación del Instituto Balseiro: creación de un Espacio para la Memoria.

Buenos días. Gracias a todas y todos por estar aquí donde en coincidencia con el 60 aniversario del Instituto hoy vamos a recordar a Antonio Gentile, Eduardo Pasquini, Susana Grynberg y Manuel Tarchitzky. Ellos, como yo y como muchos de los que están aquí, estudiaron en este Instituto y pasaron aquí años importantes de sus vidas. Pero no pudieron concretar sus anhelos porque sus vidas fueron truncadas tempranamente por la más feroz dictadura del siglo XX en nuestra región.

Entre el público podemos ver a la derecha a nuestros profesores
 Pancho de Haro y Alberto Maiztegui

Frecuentemente me han preguntado ¿por qué recién ahora este homenaje? Esta pregunta requiere mirar hacia atrás, hacer un poco de historia. Algunos recordarán que al volver la democracia se comentaba “En Bariloche no pasó nada en la dictadura. Bueno, si, está el secuestro de Juan Herman. Pero él militaba en otra parte y solo estaba visitando a sus padres”  Este relato se fue haciendo sentido común en nuestra ciudad y también en el Centro Atómico si bien, desde fines de los 80’s y en la década del 90 muchos recordábamos a los “desaparecidos de CNEA” marchando los 24 de marzo tras una bandera que listaba sus nombres, compañeros que respetamos y extrañamos. Sin embargo nuestros egresados no estaban incluidos con la excepción de Susana Grynberg que trabajó en Constituyentes. También estaba quien hubiera sido mi jefe de tesis Antonio Misetich con vínculos muy estrechos con Bariloche. En definitiva se trataba de un reconocimiento a trabajadores de dependencias de CNEA en Buenos Aires propiciado por sus compañeros.

Aquí, en CNEA-Bariloche, tuvimos que esperar al siglo XXI para rebatir el “aquí no pasó nada”. Hasta que se dio una serie de circunstancias (sería largo contar) y un día me sorprendo con una invitación a integrarme a un pequeño grupo de estudiantes y profesores que estaba ya trabajando sobre los egresados del Instituto víctimas de la dictadura. Surge así el encuentro realizado el 23 de marzo del 2012 donde, finalizado el “coloquio de los viernes”, ocupamos el salón de actos y colocamos la placa que se puede ver junto al Aula Agudín en el Pabellón Guido Beck, el de las “aulas viejas”.

En los años posteriores se continuó avanzando por este camino del reconocimiento.

· Se institucionalizó la realización de una charla anual a cargo de personalidades de los DDHH de la Argentina en el horario del “coloquio de los viernes” más cercano al 24 de marzo. 

. Se confeccionó la bandera con las fotos de nuestros desaparecidos que hoy desplegamos aquí y que llevamos a las marchas de los 24 de marzo en Bariloche.

· Se abrió el blog “homenajeib” http://homenajeib.blogspot.com.ar/ que es permanentemente actualizado siguiendo los juicios, las búsquedas, contribuyendo con notas, investigaciones y películas que hablan de nuestros desparecidos.

Estas acciones llevaron a que las historias de nuestros compañeros trasciendan los límites del Instituto y mucha gente se interesara por las mismas y se pusiera a trabajar sobre ellas. Me quiero detener aquí para poner en relieve el trabajo de Jimena Palópoli de la delegación Bariloche de DDHH de Río Negro y de Lorena Velázquez de CONADI (Comisión Nacional sobre el Derecho a la Identidad) que investiga el caso de Susana Grynberg.

De hecho, es así que nuestros desaparecidos del IB pertenecen ya a nuestra ciudad integrando un grupo de once víctimas relacionadas con Bariloche y su zona de influencia. Fue para mí un momento muy emotivo cuando presencié, el 24 de marzo pasado, a jóvenes de la ciudad presentando a la población reunida en el Centro Cívico sus retratos y contando sus historias.

Hoy estamos inaugurando un espacio para la memoria dentro de nuestro campus. Es un agregado importantísimo a todas las acciones enumeradas. Me parece muy apropiado el lugar, esta plazoleta entre las aulas cerca del lugar donde descansan los restos del fundador de nuestro instituto Dr. José Antonio Balseiro. Lugar que invita a detenerse y quedarse un rato, donde se reúnen los estudiantes para estudiar o la gente que trabaja aquí para un picnic improvisado. Es importante que la memoria de nuestros desaparecidos forme parte de nuestra vida cotidiana y de la de las generaciones futuras que se integren al Centro Atómico

Gracias a las autoridades del Instituto por esta iniciativa. Y en tren de agradecimientos también quiero reconocer el trabajo de Aníbal Blanco y su programa “El Balseiro en Nacional” (sábados 10 hs) por dedicarle ya varias emisiones a los DDHH y la militancia estudiantil en el Instituto Balseiro.

Antes de finalizar quiero recordar que hubo otras víctimas del Balseiro. Los que estuvieron presos y sobrevivieron como Elena Sevilla y Máximo Victoria, también los que debieron exiliarse. Ellos fueron obligados a dejar atrás sus proyectos de vida y sus afectos.

Momento del discurso, nuestra bandera sostenida por Maxi Schnebelli, Pablo D'Avanzo y
Javier Dawidowski. Atrás, en la misma plazoleta, la tumba de Balseiro

Entonces, digamos ahora en esta plazoleta los nombres de nuestros compañeros, gritando fuerte a los 4 vientos

Antonio Gentile, PRESENTE

Eduardo Pasquini, PRESENTE

Susana Grynberg, PRESENTE

Manuel Tarchitzky, PRESENTE 

ahora y siempre

María Teresa Causa, 3 de agosto de 2015